Red Velvet Happy Birthday Cake (Emociones en Rojo & Cerezas en Terciopelo)

"Desde el amanecer hasta la noche emanaban vapores fragantes de la cocina. En el patio encendían braseros de leña donde se colocaban las cacerolas de cobre con dulces de ciruelas, de albaricoque y de fresa, con que acompañaban el desayuno de los visitantes. Con tanta vida entre ollas aromáticas, las dos primas olían a canela, clavo de olor, vainilla y limón. Por las noches Rolf se escabullía como una sombra hasta su habitación para hundir la nariz en sus vestidos  aspirar esa fragancia dulce que llenaba su cabeza de pecados."

Eva Luna, Isabel Allende. 

 

 

 

 

 

 

 

 

Buscando, buscando… me topé con la mil veces escrita y repetida historia del Red Velvet. Resulta curiosa, aunque, como todas las historias, esta tiene al menos cuatro versiones distintas sobre su origen incierto. Parece como si los objetos, los lugares o las personas resultasen más apasionantes cuanto más difuso y exótico resulta su nacimiento. Así, se habla de un famoso restaurante neoyorkino, donde una señora quedó tan maravillada por semejante pastel que pidió la receta al cocinero. Éste se la facilitó, añadiendo una cuantiosa suma de dólares  a su factura de alojamiento. La señora, indignada, no dudó en enviar la receta secreta a todos sus amigos y conocidos.

También se dice que su color rojo se debe a una mezcla de remolacha cocida que los pasteleros añadían a la masa del pastel en tiempos de la Gran Depresión… Tampoco están demasiado claros sus orígenes, si surgió en el Norte de EEUU o en el Sur…

 

Pero…

¿Qué es lo originariamente genuino del Red Velvet? Sin duda alguna, su color. Parece ser que, en un principio, no presentaba un color tan rojizo pero con el tiempo, y con ayuda de la industria… parece que su esencia ha quedado impregnada para siempre de un color rojo intenso.

El Rojo muestra un espectro de color que se me antoja, en ocasiones,  Abrumador. Con un efecto en los sentidos casi Dramático. Representado en casi todas las culturas unido a sentimientos de Pasión, Excitación, Dinamismo,…algo que de por sí está llamado a despertar la atención de los espectadores.

No deja indiferente. Nos atrapa.

También, dicen, es el color del Amor. Pero para mí, el Amor es blanco y celeste o, si acaso, Rosa.

El Rojo también ha nacido para ser otras muchas cosas.

Pienso en Caperucita Roja y en los maravillosos zapatos de rubí que lucía Dorothy en El Mago de Oz. La encarnación misma de la ingenuidad y la inocencia.

Pienso en las Amapolas del cuadro de Van Gogh. En los tomates, las fresas, cerezas, manzanas y frambuesas.

Todas ellas Rojas, de Carmín intenso.

Y las mariquitas, las nubes teñidas de rayos de Sol en los Atardeceres.

También es el color del buen Vino. Radiante, Intenso…pero también Amable. Corazón generoso de uva inigualable.

París. París también es de color Rojo.

 

 

 

El Rojo…

Me sabe…

Me sabe Dulce, a piruleta. A caramelo.

Reconfortante. Como cálida hoguera de Invierno.

A amapolas silvestres y tulipanes tiernos.

Con fondo nostálgico, a hojas caídas, teñidas de húmedo Otoño.

Y notas silvestres, a bayas maduras y aroma a corteza de árbol.

 

 

 

 

Si yo fuese cereza también querría estar envuelta entre suaves sábanas de esponjoso Red Velvet. Arropada por una fresca caricia de láctea crema de queso. Con notas florales. Cítricas. Un mar de olas de chocolate amargo.

Este es mi pastel de Cumpleaños, de mi 30 cumpleaños. Hace tiempo pensé que cumpliría 28 durante mucho tiempo...al menos mientras no fuese demasiado evidente. Pero llegaron los 30, y no fue tan trágico como había pensado. Mucho menos cuando repites (un par de veces) un trozo de deliciosa tarta, regada con un buen cava, arropada por la sonrisas de mis niños, enamorada de las cerezas, las instantáneas  y los atardeceres...

 

 

 

 

 

 

Red Velvet Cake (para un pastel de 18 cms de diámetro, en tres capas) Receta adaptada y simplificada de Sweetapolita.

 

Ingredientes:
- 175 gramos de mantequilla sin sal a temperatura ambiente.
- 200 gramos de azúcar moreno.
- 200 gramos de azúcar blanco.
- 1 cucharadita de colorante Rojo (Extra Red de Sugarflair)
- 1 cucharadita de extracto de vainilla.
- 3 huevos L a temperatura ambiente.
- 250 gramos de harina
- 50 gramos de harina bizcochona.
- 1 cucharada de cacao en polvo Valor.
- 1 + 1/4 de cucharadita de bicarbonato sódico.
- 350 gramos de buttermilk a temperatura ambiente.
- 2 cucharadas de mayonesa suave.


Elaboración:

1. En un bol, batimos la mantequilla con el azúcar blanco y el azúcar moreno hasta que la mezcle resulte blanquecina y esponjosa. Unos 5 minutos a velocidad media en la KitchenAid. Incorporamos el colorante y el extracto de vainilla y batimos unos minutos más hasta que quede perfectamente integrado.

2. Bajamos la velocidad y vamos incorporando los huevos uno a uno. No añadimos el siguiente hasta que el anterior esté integrado. Añadimos la mayonesa y batimos unos segundos más.

3. En un bol aparte, tamizamos las dos harinas, el cacao y el bicarbonato.

4. Vamos incorporando la mezcla de harinas a la mezcla anterior, alternando con el buttermilk. Batimos a velocidad baja un minuto. Si quedasen restos de harina, terminamos de envolver con la espátula, para no sobrebatir la mezcla y que el bizcocho se apelmace en el horneado.

5. Precalentamos el horno a 170 grados. Forramos con papel de horno tres moldes de 18 cms. y vertemos exactamente la misma cantidad de masa en cada uno de ellos. Podemos ayudarnos de un racionador de helados, para ir repartiendo equitativamente bolas de masa en cada uno de los moldes.
Horneamos unos 25 minutos, hasta que al insertar un palillo éste salga limpio.
Una vez horneado, dejamos reposar dentro del molde unos 15 min. Pasamos un cuchillito por el borde de los moldes y desmoldamos. Dejamos enfriar completamente en una rejilla.
Antes de montar el pastel, debemos envolver los bizcochos en film transparente y dejarlos reposar un par de horas en el frigorífico, para que ganen firmeza.


Cream Cheese Frosting:

Ingredientes:
- 125 gramos de queso crema frío (tipo Philadelphia)
- 80 gramos de mantequilla sin sal a temperatura ambiente.
- 300 gramos de azúcar glass.
- 1 cucharada de leche.
- 1 cucharada de extracto de vainilla


Elaboración:

1. En un bol, batir la mantequilla, el azúcar, el extracto y la leche durante 3 minutos a velocidad media-alta.

2. Incorporamos el queso bien frío y batimos unos minutos más.


Frosting de chocolate:

Ingredientes:
- 400 gramos de mantequilla a temperatura ambiente.
- 400 gramos de icing sugar.
- 1 cucharada de extracto de vainilla.
- 200 gramos de chocolate para fundir (derretido y enfriado)
- 100 ml de nata para montar (min.35% materia grasa)

Elaboración:

1. En un bol, batimos la mantequilla y el icing sugar hasta que la mezcla blanquee y aumente de volumen. Unos 3 minutos a velocidasd media.

2. Añadimos el extracto de vainilla y el chocolate derretido (y enfriado hasta estar a temperatura ambiente, de lo contrario nos derretiría la mantequilla) Batimos unos minutos más.

3. Incorporamos la nata y batimos un minuto a máxima velocidad.

Necesitaremos:

- 3 bizcochos Red Velvet. Envueltos en film y refrigerados durante dos horas (para que ganen firmeza) Cortados por la mitad cada uno de ellos, obteniendo 6 capas de bizcochos (también puede hacerse con los tres bizcochos enteros y dos capas de relleno, quedando igualmente delicioso)

- Cream Cheese Frosting.

- Frosting de Chocolate.

- Cerezas deshuesadas.

- Mermelada de frutos rojos.

- Para decorar: cerezas enteras, unas hojitas de menta, azúcar glass...

1. Colocaremos una de las bases de bizcocho sobre el plato de presentación. Podemos recortar unas tiras de papel de hornear y colocarlas bajo el bizcocho, por los bordes, para evitar manchar el plato o expositor.

2. Extenderemos una parte de la crema de queso y hundiremos algunas cerezas en ella. Colocamos otra capa de bizcocho...

3. Pondremos más crema de queso (extendida en círculos concéntricos), rellenando de mermelada el interior. También podemos extender la crema por los bordes del bizcocho (formando un dique) y disponer la mermelada en el centro.

4. Iremos colocando capas de bizcocho, alternando relleno de  crema de queso y cerezas / crema de queso y mermelada.

5. Terminaremos colocando en la parte superior el bizcocho con un acabado más perfecto, lo que nos facilitará la tarea del glaseado.

6. Con las manos, presionaremos ligeramente la capa superior, para dejar las capas bien asentadas. Cubriremos con film transparente, ajustando y alineando bien las capas de bizcocho y relleno. Dejaremos en el frigorífico unos 30 minutos.

7. Cubrimos con una primera capa de frosting de chocolate (la capa tapa-migas) nuestra tarta. Dejamos enfriar de nuevo, otros 30 minutos.

8. Glaseamos la tarta con el frosting restante... dejando un poquito en una manga pastelera con boquilla rizada (yo he empleado una 2D) Finalizamos el glaseado repasando con un alisador o paleta. Podemos sumergirlo en agua caliente, secarlo, y pasarlo por las paredes de la tarta, para darle un acabado satinado.

9. Decoramos la tarta con la manga pastelera (haciendo rosetones, bordes o lo que nos apetezca) colocamos las cerezas, la menta,... y, si nos gusta, espolvoreamos con azúcar glass.

- Puede parecer un insulto a la cocina en general y a la repostería en particular... Pero si, como yo, no disponéis de tres moldes de 18 cms (yo sólo tengo uno de 15, otro de 20 y otro de 25...) podemos utilizar estos moldes de aluminio.
Son una buena solución low-cost, que da bastante buen resultado. Además, podremos hornear los tres bizcochos a la vez, reduciendo notablemente el tiempo que tenemos el horno encendido... Eso sí, forrados igualmente con papel de horno. Los encontrareis de la marca Albal y éstos de Mercadona, por 1´45 los tres:

 

 

- En la elaboración del bizcocho Red Velvet, podemos emplear la emulsión para Red Velvet de Lorann. Nos aporta el toque ácido de sabor típico de este pastel, además de una buena ración de color. En este caso, podemos prescindir de añadir el extracto de vainilla. Aunque, si nos gusta que tenga un color rojo intenso quizás tengamos que añadir algunas gotitas de colorante.

 

- Esta tarta es absolutamente deliciosa recién glaseada. Pero, sino vamos a consumirla al momento, debemos conservarla en el frigorífico, al llevar queso y nata entre sus ingredientes. Para degustarla, debemos sacarla al menos del frío unos 30 min antes de consumirla. De esta forma, el frosting recuperará su cremosidad y los bizcochos su textura.

Con esta receta participo en el Concurso de Tartas del Mes de Julio de La Cuinera