sábado, 26 de enero de 2013

Tarta Romántica de rosas (o sobre el aroma de las flores)





Continúa mi obsesión por las rosas…

Esta vez, en forma de tarta.


 

¿Puedes olerlas? No, no es azahar ni esencia de rosas.

 

¿De qué se trata, entonces? De nácar, de nubes de invierno, de flores de vainilla…

Sin ni siquiera tocarlas, ¿por qué hacerlo?


De tacto terso y frío; frágiles, cristalinas,… y a la vez tiernas, algodonadas.


Sólo eso.

Sólo rosas.



 

La genial idea proviene del blog de I am Baker. Y no, no resulta nada complicada de hacer, tan sólo necesitamos una manga pastelera con la boquilla adecuada y toneladas de nuestro buttercream favorito. Y una rosa (mi aportación personal) elaborada cuidadosamente con fondant y pasta de flores.






Para ello, horneé dos bizcochos con una receta legendaria, que siempre siempre queda perfecta: un victoria sponge cake. Resulta ideal como base para tartas decoradas; de textura esponjosa, jugosa, sin llegar a ser excesivamente pesada al paladar (a pesar de su alto contenido en mantequilla) Sabe a vainilla, a flores de vainilla… Y casa perfectamente con un relleno algo más opaco: un exquisito, cálido y pronunciado ganaché de chocolate intenso. ¿Y qué mejor compañía para el chocolate que unas pinceladas de mermelada de frutos rojos? Ligera, muy muy ligera. Y ácida, perfecta al contraste con tanto dulce. De color granate, como fruto maduro y vino temprano. De textura a terciopelo.

Absolutamente precioso verla deslizarse sobre el bizcocho, una vez cortadas las porciones de tarta. Un deleite para los sentidos.

La buttercream no alberga ningún misterio, una proporción equilibrada de mantequilla e icing sugar , un clásico que podemos encontrar en cualquier recetario. En este caso, perfumada con vainilla, aunque bien podría hacerse con esencia de fresa, de toffe, un toque de polvitos de capuccino… o incorporar a la mezcla de buttercream un par de cucharadas de nuestra mermelada favorita.



Victoria Sponge Cake


Ingredientes:


250 gramos de mantequilla a temperatura ambiente
200 gramos de azúcar blanquilla normal
4 huevos L
80 ml. de leche semidesnatada a temperatura ambiente
300 gramos de harina bizcochona tamizada
1 cucharadita de extracto de vainilla


Elaboración:


Precalentar el horno a 180 grados.
Engrasar con aceite o mantequilla un molde de 15 cms de diámetro y forrar el interior con papel de hornear.
En la Kitchen Aid, batir con la pala la mantequilla y el azúcar hasta que consigamos una mezcla que haya blanqueado y quede esponjosa (tardaremos aproximadamente unos 3 minutos a velocidad media, unos 10 minutos si lo hacemos con batidora de mano)
Incorporar los huevos y uno a uno ligeramente batidos, a velocidad baja. No añadir el siguiente hasta que el anterior esté totalmente integrado.


En un cuenco o jarrita, mezclar la leche con el extracto de vainilla.Añadir la mitad de la harina y batir justo hasta que se haya integrado. Continuar con la leche y terminar con el resto de la harina. Batir hasta que justo de haya integrado. Hay que cuidar mucho de no sobrebatir la mezcla, de lo contrario nos quedaría apelmazada en el horneado. También puede terminar de envolver la mezcla, hasta que no haya restos de harina, con una espátula, batiendo despacito.
Repartir esta masa uniformemente entre los moldes que teníamos preparados. Es muy importante que los dos moldes tengan exactamente la misma cantidad de masa.
Hornear durante unos 25-30 minutos, o hasta que al pinchar con un palillo, éste salga totalmente seco.
Dejar enfriar dentro del molde durante unos 10 minutos. Pasado este tiempo, los desmoldaremos y los dejaremos enfríar totalmente boca arriba, sobre una rejilla.



Ganaché de chocolate:

Ingredientes:

200 gramos de chocolate de buena calidad
200 gramos de nata para montar (min. 35% grasa)


Elaboración:


En un cacito, al baño maría, calentamos la nata justo hasta que llegue a ebullición. Retiramos del fuego y añadimos el chocolate cortado a trocitos, removiendo hasta que éste se haya deshecho.

Dejaremos enfriar hasta que la mezcla tenga una textura parecida a la nocilla.


Montaje de la tarta:


Una vez los bizcochos estén bien fríos (una vez fríos, podemos meterlos en el frigorífico unas horas, bien envueltos en film, para asegurarnos que estén bien firmes) los nivelaremos con ayuda de una lira o un cuchillo de sierra. En mi opinión, deben tener unos 3,5 cms cada uno. Las tartas quedan realmente preciosas con 7-8 cms de altura total. Untamos uno de los bizcochos con una capa generosa de nuestro ganaché; y, sobre el otro, una capa de mermelada del sabor elegido, cuidando de no llegar a los bordes, de lo contrario podría "manchar" el exterior de la tarta. Unimos los dos bizcochos, colocando la parte impregnada con mermelada sobre el ganaché. Apretamos un poquito para asegurarnos que quedan equilibrados.

Cubriremos con una primera capa de buttercream, la cubierta "tapamigas" que nos premitirá trabajar mejor los rosetones que haremos posteriormente. Dejaremos enfriar en el frigorífico una media hora, para que se endurezca la buttercream.

Preparamos una manga pastelera con una boquilla 2D de Wilton (también puede servir la 1M de Wilton pero, en mi opinión, el resultado no es el mismo) Hacemos rosetones sobre la tarta, comenzando con la manga pastelera desde el centro, girándo alrededor. Para esta parte es recomendable ver el video tutorial en el blog de Iam Baker, lo explica muy sencillito.

Una vez hemos cubierto nuestra tarta con los rosetones y, antes de que la buttercream endurezca, podemos colocar una rosa de fondant, de pasta de flores,... o cualquier otro adorno que nos guste. Aunque, realmente, es tan bonita que no lo necesita.











Y lo mejor de todo, regalarla. Ésta fue para mi abuela, en el día de su cumpleaños.



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